lunes, 4 de marzo de 2013

8 de Marzo Virtual "otras voces"

En este apartado publicaremos  la información que lxs compañerxs quieran compartir.





APOLOGÍA DEL CUERPO INSUMISO


Hace unos años me desperté de un largo letargo. Empecé a ser consciente de una realidad, una realidad que me afecta desde que me designaron al nacer un nombre por algo que yo consideraba algo más de mi cuerpo, como una rodilla o un pie, pero que determinaría la forma en la que iba a ser situada y tratada en el mundo que se extendía más aya del útero del que venía. Con el paso de los años me di cuenta que no sólo era yo la que vivía esto. Cuanto más contaba lo que me pasa, más personas encontraba en este sendero que les pasaba lo mismo que a mi. Escucho relatos idénticos y más aumentan mis ganas de contarlo, de no permanecer callada, más obvio resulta que mi silencio y el de mis compañeras engrandece el poder de aquellos que nos han inducido al sueño. Esta es la realidad de mi cuerpo y de tantos otros cuerpos que han comenzado el cuestionamiento de una lógica impuesta y han mutado a favor de la disicencia. La verdad es que mi cuerpo se alquila, se vende, se prostituye, se mutila, se patologiza para luego medicalizarlo, se somete a prácticas culturales ilógicas, se controla, se tortura, se debilita, se estigmatiza, no porque él quiera, sino porque otros lo deciden por él. Mi cuerpo ya no puede más, no le llega el oxígeno que alimenta las células que lo mantiene con vida.  Vivo en un lugar en el que los machos y su maquinaria de organización estatal lo esclavizan por medio de sus yugos a lo que han nombrado con términos como Belleza, Trabajo, Maternidad, Hogar, Matrimonio, Heterosexualidad, Consumo. Le dicen como tiene que comer, como tiene que sentir, como y con quien tiene que follar, como tiene que vestirse, asearse y moverse; como tiene que callar y obedecer para que no sea criminalizado. Lo tienen preso en una cárcel fabricada con barrotes de opresión, que no se ven con los ojos, pero los otros cuatro sentidos los perciben. De vez en cuando me lo prestan, accede al tercer grado por buena conducta a través de ilusorios mecanismos, que en el fondo no resuelven nada, que ellos llaman leyes de igualdad y contra la violencia de género, derecho al trabajo, paridad, 8 de marzo... espacios en lo que no se libera porque lo que los sostiene esta hecho de la misma pasta con la que están hechos quienes causan la subordinación. A mi cuerpo esto no le sirve, más bien le frustra . Donde mejor se lo pasa es en los bis-a-bis, sobre todo si son colectivos. En ellos encuentra un refugio, una empatía, el calor de una manada, la trasmutación de alientos, el hedonismo que atesora placeres y los redistribuye, los contactos corporales afines, el radicalismo que añora en las instituciones que le tienen preso, el aprendizaje enriquecedor de la política de cervezas, los besos y los abrazos sin explicaciones, sin más intención que la del cariño, la conspiración de una resistencia.

En el patio de mi cárcel llego a una conclusión: no quiero que mi cuerpo sea cobarde ni tenga miedo, que se abuse de él, quiero que grite, se descontrole, se deconstruya constantemente, no siga patrones, no se avergüence, no se victimice, transgreda  y se resista el aburrimiento de la heteronormatividad que le obligaron a asumir cuando salió de ese útero, porque mi cuerpo al lado del vuestro se siente fuerte, rebelde, baila, arde, esta vivo, rabioso, salvaje, sin cadenas, listo para quemar esas cárceles, con vosotrxs, para nosotrxs y  por vosotrxs.





Luis Manuel Hernández Rodríguez (JIMMY).Fuerteventura, Islas Canarias. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario